"La Medida exacta del Templo, se mide con una vara. Levantad la Vara y sereis bien medidos".

viernes, 27 de agosto de 2010

"El Compas".


“EL COMPAS”.

Capitulo V.

En el capitulo anterior explicamos en forma superficial desde la profundidad de la Consciencia, de lo que pasa cuando “el Compás” se apoya sobre el Intelecto y de cómo su uso y costumbre se ve alterado.
En esta ocasión nos referiremos a otro aspecto de su uso y manejo relacionado con un centro distinto y diferente; ya que no todo es Intelecto en el ser humano; nos referimos al centro emotivo.
Sitúese la Pierna de Punta del Compás, sobre el corazón y trácense círculos desde ahí. Clávese en ese centro para desde ese lugar expandir sus emociones, sensaciones y sentimientos.
Primero ¿a que profundidad estáis dispuesto a clavaros para manifestar lo que ahí se encuentra? Algunos apenas lo apoyaran, otros lo enterraran solo hasta sentir los primeros dolores y otros hasta las profundidades mismas sin importar los sufrimientos.
¿Pero que brota realmente de ese centro?
¿Son las sensaciones correctas, son las emociones correctas, son los sentimientos correctos?
¿Qué hay realmente en nuestro centro emocional?
Por lo general los trazos de sus círculos son mecánicos y ni siquiera nos detenemos a ver como son; sino que solo brotan desde lo profundo manifestando lo aprendido, lo estudiado, lo fingido, el engaño, lo supuesto.
De hecho todo se separa en compartimentos. Se divide y se multiplica de acuerdo a ello. Hay compartimentos familiares, aun divididos entre familiares cercanos, directos e indirectos y lo que entregamos en esos trazos de sensaciones, emociones y sentimientos está sujeto y cercado por nuestras creencias.
Medimos nuestros trazos por escalas de valores y grados de cercanía de acuerdo a como son con nosotros y dependiendo de los favores que nos presten y ayudas, etc.
Hay compartimentos hacia los amigos, compañeros de estudios, vecinos. Hay compartimentos religiosos, políticos y sociales.
Y en cada uno de esos compartimentos clavamos el pie de Punta del compás entregando medido y pesado, graduado y valorado de acuerdo a ellos las sensaciones, emociones y sentimientos hacia nuestros semejantes.
Es más; de ese centro que debiera aflorar como una fuente de agua pura, cortamos su paso manejándolo con nuestro centro Intelectual, oponiendo nuestros pensamientos sujetos a nuestras creencias, dogmas, fantasías, errores, vicios, etc.
Cuando una chispa de la LUZ del corazón pretende aflorar pura y cristalina, le cerramos el paso oponiendo y sobreponiendo una creencia o pensamiento, que no permita ver esa LUZ.
Engañamos y nos engañamos con falsas sensaciones, emociones y sentimientos. Entregamos solo oscuridades ocultando los destellos de las LUCES.
Cuan falsos somos y sin embargo hablamos, exponemos, discutimos y manifestamos falsedades engañosas en ves de LAS LUCES reales de nuestro SER.
No solo se debe tomar el Mazo y el cincel para desbastar de nuestro Intelecto malos o malas formas de pensar, razonar, analizar, sintetizar, etc. sino que también se deben usar esas herramientas para desbastar las sensaciones, emociones y sentimientos negativos e irreales.
Golpe tras golpe se debe despedazar el falso corazón y que de la dureza misma de esa roca endurecida por nosotros mismos, salga la verdadera fuente de LUZ, el AMOR.
Y cuando se pueda, hágase el esfuerzo y colóquese la Pierna de Punta del Compás sobre el Corazón de LUZ y trácese verdaderos círculos abarcantes sin limites y divisiones, ni compartimentos.
La LUZ, las Luces, la suma total de las LUCES; deben brillar del interior de nuestro Templo y no la oscuridad Egoicas de nuestras sombras.
Cada una de las partes simbólicas del templo que representan a cada una de las partes de nuestro SER, deben dar su LUZ y esa LUZ debe reflejarse en nosotros.
No en vano el vigilante aleja a los profanos con su espada y mantiene la custodia de sus Puertas.
En nuestra ESENCIA esta ese vigilante, nuestra CONSCIENCIA, que mantiene y debe mantener alejados de nuestro Templo a las sombras Egoicas de nuestro Interior.

Paz Inverencial
maeseanonimus