"La Medida exacta del Templo, se mide con una vara. Levantad la Vara y sereis bien medidos".

martes, 24 de agosto de 2010

"El Compas".


“EL COMPAS”.

Capitulo III.

Que no te espante el ruido de las rocas al ser arrastradas por el río; ya que al final; algunas solo quedan en finos granos de arena.
Mas, si que te espanten los ruidos de tus propios truenos de la ira, la codicia, el orgullo, la vanidad. Etc.
Mirar desde el centro sin haber visto eso, es estar en la dependencia de lo escondido.
Es estar dormidos en las neófitas costumbres de las creencias y fuera del Templo Interno.
¿Que tipo de trazas marcara así el círculo de la ignorancia?
¿Podrán ser seguros y correctos esos límites trazados con los carbones de nuestras intelectivas lucubraciones?
Y ya condicionados por nuestros egos y pensamientos, hábitos y costumbres ¿Cómo será la mirada desde el centro a la periferia?
Ser Maestro no es el creer que lo somos. Ser Maestro es haber encarnado al menos al Íntimo y este solo se encarna después de haber encarnado ALMA.
Cuando se nos enseño a caminar en Tres Misteriosos Pasos ¿Quién de verdad supo como se hacían y como eran?
Solo se camina en el suelo, olvidando que su andar es en nuestro interior, hacia adentro y hacia arriba.
Y mas aun; ni siquiera algunos los marcan bien sobre el piso, menos en donde los deben hacer.
Solo son movimientos apurados en el avance terrenal.
Solo son pasos de cumplimiento del Ritual, la tradición y la Inconsciencia.
¿Cómo marcareis entonces con el compás los limites y distancias de vuestros pasos?
¿Habéis encerrado alguna vez la Escuadra en un círculo?
Y si lo habéis hecho ¿es el círculo limitante o es solo la medida de vuestra comprensión?
El círculo limitante deja de serlo cuando el límite es el infinito, la eternidad, el creador; que no tiene Principio, ni fin; fondo ni superficie; alto ni bajo; largo, ni ancho, cuando el circulo abarcante es la Comprensión CONSCIENTE de la Libertad, la igualdad y la fraternidad del Todo en el Todo.
Encierro todo en círculos para comprender, pero no veo sus limites, ni su fondo, ni su fin.
Me sumo en profunda meditación y desde el centro observo en todas direcciones en círculos perfectos a escuadra, regla, mazo y cincel. Avanzo a escuadra, en perfecto nivel, en plomadas hacia arriba y hacia abajo y con la palanca muevo lo que queda estático y petrificado. Trazo círculos con el compás y soy este o aquel brazo; el eje central y el trazador.
Ante cualquier equivocación, ante cualquier desvío hay que tomar las herramientas básicas; mazo y cincel; desbastar lo que hay que desbastar y burilar lo que hay que burilar.
Que no te espante el ruido de las rocas al ser arrastradas por el río; ya que al final; algunas solo quedan en finos granos de arena.
Mas, si que te espanten los ruidos de tus propios truenos de la ira, la codicia, el orgullo, la vanidad. Etc.
Mirar desde el centro sin haber visto eso, es estar en la dependencia de lo escondido.

Paz Inverencial
maeseanonimus.